viernes, 24 de abril de 2015

La venganza perfecta

Título original: La piel que habito
Director: Pedro Almodóvar
Año: 2011
Duración: 117 minutos
País: España
Guión: Pedro Almodóvar
Reparto: Antonio Banderas, Elena Anaya, Marisa Paredes, Jan Cornet, Blanca Suárez, Bárbara Lennie, Eduard Fernández, Roberto Álamo, José Luis Gómez, Fernando Cayo, Susi Sánchez
Productora: El Deseo S.A.


Conozcamos al autor


La trayectoria del director manchego Pedro Almodóvar empezó a mediados de la década de los 70 en Madrid, donde trabajaba como auxiliar administrativo en una empresa telefónica. Desde 1974 realizó varios cortometrajes y en 1980 estrenaba su primer largo: Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón. En este film define el ambiente underground que le rodea.

Pedro Almodóvar vivió de lleno la movida madrileña de los 80 creando un dúo musical con McNamara, participando en actuaciones teatrales con el grupo “Los Goliardos” y escribiendo historias para diversas publicaciones.


En su cine se distingue la influencia de Luis Buñuel y diversos directores americanos como Alfred Hitchcock. Además sus películas se caracterizan por el comportamiento corrosivo de los personajes, las escenas escatólogicas, el protagonismo de las mujeres muy bien estudiadas y la estética del pop art sobre todo al principio.


Los movidos 80
Entre 1977 y 1985 surgió un movimiento contracultural en Madrid que poco a poco se iría extendiendo a todo el país y que se llamó la Movida madrileña. Esta corriente contaba con el apoyo de los políticos que pretendían mostrar de esta forma un punto de inflexión entre la sociedad franquista y la nueva sociedad de la democracia.
Esta tendencia influyó en todos los aspectos de la cultura y la sociedad. Fue una explosión de anhelos contenidos de libertad durante el periodo de la transición en el que tuvo lugar la llegada a España de la cultura Punk, la moda y la revolución sexual.


En el plano audiovisual hay que mencionar que nacieron numerosos grupos, pero  no se puede limitar la Movida a un estilo de música particular o concreto, pues la juventud entera que participó arrolladoramente en esa época se distinguió por adoptar una gran variedad y libertad de gustos y subculturas musicales, alternativos a los anteriormente presentados oficialmente como populares. En el cine supone una intención transgresora con el cine de la época franquista. La temática de este cine se esfuerza en mostrar todo aquello que el cine franquista ocultaba como la homosexualidad, la droga, la prostitución, las salidas nocturnas, la transexualidad, las pasiones desenfrenadas o la sexualidad explícita.


Todos estos temas los incorpora Pedro Almodóvar en sus películas. También incorpora personajes marginales, abundantes elementos escandalosos y provocadores y escenas de contenido escatológico y sexual.


Las chicas Almodóvar


Si algo se trabaja en profundidad en el cine de Almodóvar son los papeles femeninos. Podríamos afirmar que las mujeres son la base de su cine.


Es heredero de la última etapa del cine del franquismo y la época del destape, donde la mujer es tratada como objeto. Sin embargo en sus películas la mujer aparece como sujeto y llena toda la película convirtiéndose en la protagonista absoluta.


Estas mujeres sienten la opresión de sus circunstancias y este sentimiento de opresión, se traducen en un deseo de cambio, huída y mejora de sus situaciones. Son mujeres coraje que luchan contra las adversidades de la vida y la psicología de la mujer es el eje principal del relato de la producción cinematográfica de Almodóvar.


El prestigio que adquieren las actrices tras protagonizar alguna película de este director ha llevado a denominarlas “chicas Almodóvar”. La primera y más importante fue Carmen Maura, pero después vinieron más nombres como Victoria Abril, Chus Lampreave, Antonia San Juan… En esta película serán Elena Anaya y Blanca Suárez.




Los hombres que querían trabajar con Almodóvar accedían a menudo a travestirse para poder salir en una película. El único actor recurrente y que realizaba papeles masculinos como tal ha sido Antonio Banderas, que también ostenta el papel protagonista en la película que nos ocupa.




La historia


La piel que habito es una película que narra la situación de un hombre que perdió a su mujer y posteriormente a su hija tras ser violada. Vive en una casa grande con un ama de llaves y Vera, una mujer encarcelada en una habitación y es vigilada día y noche a través de cámaras, pero no sabemos el porqué.




En una de las primeras escenas, además, conoceremos a Zeca, el hijo de Casilda, el ama de llaves, y hermano de Robert, el protagonista. Este personaje es un delincuente que ha salido de la cárcel y llega a la casa disfrazado de tigre, situación que descoloca un poco al espectador. Cuando descubre que tienen una mujer encerrada va corriendo a buscarla y la viola. Afortunadamente, Robert llega a tiempo y mata a Zeca.




El protagonista, interpretado por Antonio Banderas, es médico y está buscando la forma de crear una piel artificial que sea ignífuga, ya que su mujer, que sobrevivió a un incendio, se suicidó tras ver su rostro desfigurado.


Unos años después, en una fiesta, descubre a su hija inconsciente tras haber sido violada. Al despertar lo confundió con su agresor y después del suceso quedó tan traumatizada que no le reconocía. Fue internada en un psiquiátrico en el que su padre la visitaba periódicamente, sin embargo ella seguía sin reconocerle y acabará sufriendo el mismo final que su madre.




Las ansias de venganza llevarán a Robert, el protagonista, a raptar a Vicente, el violador de su hija, para experimentar con él. Además lo someterá a un cambio de sexo y esta será la mujer que nos presentaban al principio encerrada en una habitación.


La historia nos llega in medias res y a través de sueños que son en realidad flash-back, el personaje principal nos muestra cómo murieron su mujer y su hija, el horror que vivió cuando encontró a su hija violada, cómo secuestró al violador de ésta y cómo cambió su sexo.


La relación entre Robert y Vera es complicada. El médico intentó que se pareciera físicamente a su difunta esposa y la relación entre ambos es muy parecida a la de un padre y una hija; sin embargo, al llegar la noche descubrimos que el trato que recibe ella es más como una esposa.


Tras algunos intentos ella consigue escapar y volver a casa con su madre a quien le explica que en realidad es Vicente.


Almodóvar y La piel que habito
Es una historia muy rebuscada, pero que se comprende bien en el mundo de Almodóvar. Aparecen mujeres que se mantienen fuertes frente a los golpes que les asesta la vida y sólo intervienen varones cuando es estrictamente necesario.


La transexualidad es una constante en su filmografía. El cambio de sexo resulta tan bien realizado que al conocer a Vera no podemos ni imaginar que antes fuera un hombre.


La idea de cambiar de sexo al violador de su hija es realmente retorcida y las ideas de este tipo son más típicas en las mujeres que en los hombres. Podemos pensar que la intención primera al hacer esto con Vicente es para que sufriera en primera persona lo que sufrió Norma, la hija de Robert, al ser violada. Pero nos damos cuenta de que la intención del médico no es violarlo, sino experimentar con él poniéndole la piel ignífuga que está perfeccionando.


Sin embargo, por cosas de la vida, Vera es violada por Zeca y en este momento es cuando Robert pasa de ser un simple voyeur a meterla en su cama.


El papel de Norma es interpretado por Blanca Suárez. Esta actriz empezó su carrera en 2007 y previamente ya había realizado varios trabajos. El acercamiento a este personaje únicamente se nos permite en un periodo corto de tiempo durante la fiesta antes de ser violada.




Vemos a una Blanca Suárez con voz de pito y muy inocentona, pero hemos de tener en cuenta que esta es la intención del director. Es una niña que ha vivido entre algodones desde la muerte de su madre y ha salido poco de casa, por tanto no sabe nada de la vida.


En contraposición tenemos a Vicente, que es un macarra que consume éxtasis y pretende pasarlo bien un rato con esta chiquilla, pero al ver que ella no pone de su parte y fuerza la situación. Ella intentando defenderse le muerde la mano y él la golpea con una piedra en la cabeza. Cuando cae inconsciente aprovecha para huir sin darse cuenta que Robert se ha cruzado con él.


Vicente trabaja en la tienda de ropa de su madre con Cristina, con quien le gustaría mantener una relación amorosa, pero ella es homosexual. Cuando al final de la película regresa transformado en mujer podemos suponer que ya no hay ningún impedimento para que mantengan una relación.


La abundancia de personajes y la tortuosa trama son llevadas sin problemas de manera cómoda por el espectador. Además la banda sonora y la fotografía resultan muy agradables y enmarcan a la perfección la historia que nos cuenta Pedro Almodóvar. 

Podemos hacer una reflexión acerca del proceso de cambio de género teniendo en cuenta el título, que en este caso es doble porque encontramos que Vicente habita la piel de una mujer, aunque quizá no llegue a sentirse mujer completamente, y además tiene una piel sintética, creada por Robert a su medida.

viernes, 17 de abril de 2015

Historia de una adicción

Título original: La flaqueza del bolchevique
Director: Manuel Martín Cuenca
Año: 2003
Duración: 95 minutos
País: España
Guión: Manuel Martín Cuenca
Fotografía: Roque Baños
Reparto: Luis Tosar, María Valverde, Mar Regueras, Nathalie Poza, Manolo Solo, Jordi Dauder, Yolanda Serrano, Enriqueta Carballeira, Ángela Herrera, Rubén Ochandiano, Roberto Gago, Daniel Grau, José Antonio Izaguirre
Productora: Rioja Audiovisual


Se hace camino al andar
El almeriense Manuel Martín Cuenca es director y guionista de cine español que comenzó su carrera cinematográfica como ayudante de dirección en la película El mejor de los tiempos (1989), de Felipe Vega. También ha trabajado en este puesto con los directores José Luis Borau, Icíar Bollaín y José Luis Cuerda, entre otros.


No será hasta que se decida a lanzarse a la dirección de sus propias películas. Su primer largometraje es un documental titulado El juego de Cuba, por el que recibe numerosos premios internacionales en festivales como el de Málaga, La CinemaFe de Nueva York o en Ámsterdam.

El trabajo con el que el director andaluz se dio a conocer es La flaqueza del bolchevique (2003), un drama protagonizado por Luis Tosar y una jovencísima María Valverde, que se alzará con el Goya a mejor actriz revelación.

La película está basada en una novela homónima de Lorenzo Silva, quien nos da la clave para entender el título, ya que el protagonista conserva un retrato de las hijas del zar Nicolás II. Le atrae especialmente la duquesa Olga, de quien se cuenta que tuvo una aventura romántica con un bolchevique, que más tarde tendría que acabar con ella y el resto de su familia. Pablo a menudo se pregunta qué debió de sentir el bolchevique encargado de matarla.



¿Que fue la revolución rusa?

Las primeras imágenes del filme nos muestran a Pablo, el personaje principal, mirando fotografías antiguas en las que podemos reconocer al último zar, Nicolás II, que posa junto a sus hijas.

Más adelante, el protagonista se definirá a sí mismo como bolchevique, un término que a menudo se utiliza como sinónimo de comunista. Los bolcheviques fueron un grupo político radicalizado dentro del Partido Obrero Socialdemócrata de Rusia, dirigido por Vladimir Lenin.
En Rusia, a principios del siglo XX, apenas una pequeña parte de la población, principalmente nobles y algunos industriales, tenían buenas condiciones de vida. Las sucesivas derrotas durante la I Guerra Mundial  llevaron al deterioro de la economía interna, y el descontento generalizado de la población condujo al caos social y a varias revueltas e intentos revolucionarios.

La Revolución Rusa tendría lugar en este contexto y se divide en dos momentos: 1905 y 1917. En la revolución de 1905 comienza el fin de la era zarista, cuando Rusia fue derrotada inesperadamente por Japón que entonces era un país débil tecnológicamente. Esto aterrorizó al zar Nicolás II y afectó a su popularidad. Bajo la presión del pueblo, se obligó a Nicolás II a abdicar, poniendo fin a más de tres siglos de dinastía Romanov. En 1918, el zar y sus hijas fueron ejecutados por los bolcheviques.

Con la entrada de Rusia en la I Guerra Mundial, las condiciones de vida de gran parte de la población empeoraron drásticamente, generando las condiciones para nuevas revueltas que darían origen a la Revolución de febrero de 1917, llegando así a una breve República con Alexander Kérenski.

Tras el triunfo de la Revolución de febrero de 1917, los bolcheviques se opusieron al Gobierno provisional ruso de Alexander Kerensky y  en octubre del mismo año llevaron a cabo la llamada Revolución de Octubre que los llevó al poder de manera oficial.

Ver, oír y callar

En este filme, Manuel Martín Cuenca nos presenta la vida de un hombre de negocios llamado Pablo López, quien sufre un choque accidental con el coche de una irritante ejecutiva. Ella no duda en bajar del coche y deshacerse en insultos contra él, además de meterle en un lío con la policía y el seguro.

La vacía vida que lleva el protagonista le lleva a molestar y espiar a Sonsoles, la dueña del coche con el que tuvo el accidente. Así es como conoce a su hermana pequeña, María, de quien se enamora aún sabiendo que no debe.

Se hace adicto a ella. La observa diariamente en el recreo del colegio hasta que un día se decide a hablar con ella a la salida fingiendo que es un policía llamado Javier.

Tras varias quedadas, Pablo le confiesa cuál es su nombre y a qué se dedica en realidad. En una de estas quedadas son asaltados por tres macarras que les roban y terminan accidentalmente con la vida de ella.

El protagonista es un hombre frío, callado, que vive solo en todos los sentidos, ya que las escenas en las que está acompañado son las del trabajo. No mantiene ninguna relación más allá de las estrictamente laborales hasta que conoce a María.


La banda sonora podríamos dividirla en dos partes: la que está dentro de la diégesis y normalmente acompaña a Pablo en el coche, y la que está fuera del universo de la película.

Entre las dos hay un gran contraste, ya que la música extradiegética es mucho más tranquila que las canciones del grupo Extremoduro que escucha el protagonista en su coche. Éstas reflejan el estado de ánimo del protagonista.

Recapitulemos

En general es una película lenta y previsible: chico conoce chica, la relación es un error pero el amor es muy fuerte y la carne es débil. Son muchas las películas en las que un hombre entrado en años se enamora de una chica y el resultado no suele ser bueno.

Los momentos de acción quedan relegados al final de la película, ya que realmente el acoso telefónico y el ímpetu de Sonsoles por descubrir quién es la persona que llama no llega a contagiar al espectador.

La actriz protagonista, a pesar de lo avispado que es el personaje, no deja de ser una actriz novata (de hecho es el primer trabajo de María Valverde). Esta chica no se distancia mucho de la que veremos siete años después en Tres metros sobre el cielo (Fernando González Molina, 2010). Por más que lo intenta, su interpretación resulta ñoña e insípida, rebajando bastante la interpretación del personaje y la brillantez de la película en su conjunto.

lunes, 13 de abril de 2015

Te veo pero no me ves

e3623793.jpgTítulo original: Caché
Director: Michael Haneke
Año: 2005
Duración: 117 minutos
País: Francia
Guión: Michael Haneke
Reparto: Daniel Auteuil, Juliette Binoche, Maurice Bénichou, Annie Girardot, Lester Makedonsky, Bernard Le Coq, Walid Afkir, Daniel Duval, Aïssa Maïga
Productora: Coproducción Francia-Austria-Alemania-Italia; Les Films du Losange / Wega Film / Bavaria Film / BIM Distribuzione



Conociendo a Haneke

Michael Haneke es un director y guionista austríaco que se formó en la Universidad de Viena y, tras graduarse, se convirtió en crítico de cine. Su debut como realizador fue con un filme titulado El séptimo continente (1989).

Caché es la primera película de este autor en la que utiliza cámaras de vídeo de alta definición.

El estilo de Haneke es abiertamente lúgubre y retorcido. Sus cintas se caracterizan por la violencia tanto, física como psicológica, que sufren sus protagonistas.
Generalmente, sus películas se desarrollan alrededor de familias que viven de manera acomodada. Tienen de todo menos problemas. Pero en todas ellas se introduce un poder inquietante. Posiblemente, el hecho de que sean familias burguesas las que sufren los ataques de una fuerza maligna, lanza un mensaje de que el dinero no da la felicidad.

La evidencia del ambiente de cordial, de la perfecta armonía entre los cónyuges y sus descendientes, hace que el espectador quede prendado de esa vida idílica desde el minuto uno, propiciando así la tensión psicológica que Haneke pretende crear en el  espectador cuando la realidad de los personajes se interrumpe por una acción exterior.

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Si nos paramos a mirar la vida del director, podemos descubrir que sus padres se separaron cuando era muy pequeño. El anhelo de una familia unida y próspera que le fue negada desde niño por motivos ajenos a él puede ser la razón que lleve a este autor a reproducir familias felices que se ven truncadas

El espíritu del mal

En la película que nos ocupa, lo que invade el hogar, provocando la incertidumbre en el seno familiar, es la llegada de una serie de cintas de vídeo misteriosas y dibujos macabros.

La primera reacción es de sorpresa y curiosidad. El matrimonio ve la primera película expectante, pero en ella sólo se muestra la fachada de su casa durante dos horas. Tras el visionado, viene la pregunta evidente: quién. Alguien tiene que haberla grabado, alguien tiene que habernos hecho llegar esa cinta. La intriga se cierne sobre los personajes y los espectadores al mismo tiempo.

Georges, el protagonista, es presentador de televisión y esto puede llevar a pensar que es algún espectador pero, conforme más películas llegan, mayor es el anhelo de encontrar a la persona que se encuentra detrás. Se sienten observados, vigilados en todo momento. Sin embargo, este personaje hará un descubrimiento al seguir el recorrido que hace una de las cintas: llegará a la casa de Majid, un hombre argelino a quien parece no conocer. No obstante, según avancemos, nos desvela que se crió junto a él.

El recuerdo del protagonista acerca de este personaje es bastante tétrico. Abre su mente y nos revela un niño que decapita gallinas con hachas.

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Sin embargo, en el presente, es mostrado como un hombre sencillo y sincero, que no busca problemas. Muestra mucha serenidad en contra posición al estado nervioso del protagonista que irrumpe en el piso bastante alterado, ya que piensa que es él quien está detrás de todo.


Cualquier tiempo pasado no fue mejor

No es una coincidencia que la persona que se toma como culpable sea de nacionalidad argelina. Si nos remontamos varios años atrás descubrimos que Francia había establecido una colonización en Argelia desde 1830. Después de la Segunda Guerra Mundial, la sociedad argelina tuvo deseos de independizarse del país galo, lo que dio lugar a la Guerra de Independencia de Argelia (1954 - 1962).

Mientras se libraba la guerra, en Francia los ciudadanos argelinos sufrían una gran represión que les llevaba a numerosas manifestaciones en las que la policía cargaba brutalmente contra ellos causando numerosas muertes que el Estado se encargaba de enmascarar.

Estos eran los hechos que acontecían a principios de la década de los sesenta, época a la que se remonta el protagonista para explicarnos, mediante flash-back el motivo por el que Majid creció en su casa.

La familia de Georges vivía cómodamente en una gran casona y gozaban del servicio de los padres de Majid. Cuando la represión contra su etnia se volvió extremadamente dura, decidieron volver a su país de origen dejando atrás a su hijo, quien sería adoptado por la familia a la que servían y así podría tener un mejor futuro.

Georges, no aceptó la decisión de sus padres de quedarse al niño, que es retratado como un ser sin piedad que mata gallinas y escupe sangre, tal como representan los dibujos que está recibiendo en el presente.


Todo depende del cristal con que se mira

Esta película cambiaría totalmente si alteramos la manera en que Haneke emplea las luces y las sombras. Es una película en la que el mayor contraste lo encontramos en el plano a contraluz de Majid matando a la gallina de niño.

El tratamiento de la imagen es un tema bastante interesante, pues no resulta  una estampa demasiado oscura para lo siniestro que es el trasfondo de la historia. Siempre aplica la cantidad justa de luz, pero las sombras no se marcan de manera exagerada ni de día ni de noche.

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La gran luminosidad que reina en algunos momentos, se puede identificar con la trama principal del filme. El protagonista es un personaje público, por lo que es fácil conocer su vida. Todo es luz, todo está expuesto.

Los personajes se mueven de un lugar a otro: viven en casa, van a trabajar, a la escuela… En realidad lo que les está sucediendo es algo que los persigue, lo que quiere decir que vayan donde vayan están amenazados.

El espacio que es digno de mención se trata de la casas de Majid, de la que sólo se nos muestra la puerta de la entrada y a la derecha una mesa de comedor y una especie de cocina. Aquí es donde tiene lugar el momento más desgarrador de la película.

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El argelino llama a Georges para hablar de las cintas y en lugar de ofrecerle una explicación, se corta el cuello muriendo al instante. Este hecho no hace más que aumentar la presión psicológica del personaje principal, quien se refugia en que fue una acción repentina que no pudo evitar.

Cuando esto sucede, el protagonista queda paralizado y el plano fijo se alarga de manera deliberada creando gran tensión.

El uso de plano fijos es muy frecuente en la grabación y la duración de los mismos se alarga durante varios minutos en los que no hay acción.


Muerto el perro se acabó la rabia
El descubrimiento del personaje de Majid fue un hallazgo que arrojaba un poco de luz. Por fin teníamos un culpable, alguien a quien poder enfrentarnos. A pesar de su tranquilidad cuando asegura que no tiene nada que ver con lo que está sucediendo, todos respiramos cuando se suicidó a sangre fría, pensando que la familia por fin podría volver a su vida normal.

Para nuestra sorpresa las circunstancias no cambian, confirmando que el argelino había dicho la verdad en todo momento. Ahora hay un personaje inocente muerto y la situación sigue siendo la misma.

El hijo de Majid aparece en el trabajo de Georges para intercambiar unas palabras en un tono algo desproporcionado, pero sabe que él no le mató aunque fuera la única persona que se encontraba en la casa.

En el último plano de la película, el cual se prolonga durante cuatros eternos minutos, podemos distinguir al hijo de Majid hablando con Pierrot, el hijo de Georges. Esto nos conduce a pensar que ambos han estado en contacto durante todo el filme.
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Si no es feliz, no es el final

El final, intencionadamente abierto, nos deja un mal sabor de boca. Aunque podamos pensar que el responsable de las cintas, los dibujos y las llamas era el hijo de Majid, oculto durante toda la película al igual que el auténtico culpable, no podemos verificarlo.
Hemos sido espectadores del tormento de la familia y no hemos hecho nada. Nos hemos sentado con James Stewart delante de La ventana indiscreta a mirar cómo ese hombre se vuelve loco mientras su vida y la de su familia se convierte en El show de Truman.

El sentimiento de culpabilidad que nos invade tras los créditos es asfixiante. Hemos sido cómplices del malhechor, ya que registra en las grabaciones su mirada y la ha compartido con nosotros. Muy hábilmente Handke nos ha puesto en la piel del culpable.